El silencio del entorno nos ha ayudado a meditar y compartir entre nosotros momentos de acogida y amistad.
Hemos gastado todas nuestras fuerzas en la posterior escalada hacia las cumbres más elevadas.
Una mañana cubierta por un cielo gris pero con unas sonrisas en los rostros de nuestros alumnos verdaderamente iluminadas.